Le pidieron a un hombre que tomara un jabón y le preguntaron: ¿qué vez? A lo que el hombre respondió: ¡Sólo veo un poco de jabón!. Le hicieron la misma pregunta a un escultor el cual respondió haciendo una escultura impresionante.
Cierto día paseaban juntos un fabricante de jabón y un predicador; y en el curso de la conversación, el fabricante, quien era incrédulo, le dice al predicador:
– El evangelio que usted predica señor, no me parece haber tenido mucha eficacia, pues veo que en el mundo abunda la maldad y hay todavía personas malas.
Más adelante encontraron a un niño que estaba jugando en el barro de la calle, y se hallaba completamente sucio.
Al verlo en este estado, el predicador se valió de la oportunidad y volviéndose al fabricante de jabón le dijo:
-Señor, el jabón que usted fabrica no parece haber tenido mucha eficacia, porque veo que en el mundo abunda la suciedad y hay muchas personas sucias.
Más adelante encontraron a un niño que estaba jugando en el barro de la calle, y se hallaba completamente sucio.
Al verlo en este estado, el predicador se valió de la oportunidad y volviéndose al fabricante de jabón le dijo:
-Señor, el jabón que usted fabrica no parece haber tenido mucha eficacia, porque veo que en el mundo abunda la suciedad y hay muchas personas sucias.
-¡Ah!- respondió el fabricante – es que mi jabón sólo quita la suciedad cuando se aplica sobre lo sucio.
Continuación... Inventa tu propio final.
fma.
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